A pesar de que la imagen de un cuadro es fija, Flores logró el milagro de no “congelar” el movimiento gracias a una sensibilidad única y una técnica extraordinaria. El manejo maestro de las proporciones de toro y torero le dan un realismo impresionante a su arte figurativo. Nadie como Pancho para plasmar las medidas exactas de todo lo que se observa en la plaza. En toda su obra no hay un solo rasgo de desproporción. Captador de ritmos y cadencias, cada lienzo suyo es la estimulación misma del movimiento.
Heriberto Murrieta